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25/08/2022

¿Qué más hacer con tu café? Recetas de repostería

¿Qué más hacer con tu café? Recetas de repostería

Cuando hablamos de aromas deliciosos, el café es sin duda, uno de esos que despiertan el apetito. Incluso gente que después no tolera su sabor, aprecia su intenso aroma característico.

Supongo que esto nos hace querer disfrutar de esta bebida de todas las maneras posibles, ya sea solo , con leche , con helado o incluso con licores , pues la combinación de este aroma tan delicioso con otros sabores ha permitido a muchos chefs y baristas crear rectas. sublimes.

Y aunque estos granos de café suelen aparecer principalmente en recetas de café para beber, un aroma así de especial no podía quedarse solo en eso.

A día de hoy, son muchos los chefs que han incorporado, de una manera u otra, el café a sus recetas, principalmente de repostería.

Así que, si te gusta el dulce y disfrutas de tartas y bizcochos, hoy vamos a ver cómo preparar 3 deliciosas recetas en las que el café jugará un papel importante.

Pastel de café y avellanas

Los frutos secos son deliciosos y combinan muy bien con el dulce , véase las garrapiñadas, pero también combinan muy bien con el café o el chocolate . Para esta receta, combinamos avellanas, nata y café, en un riquísimo pastel.

Ingredientes

Aunque principalmente serán los 3 mencionados antes, no serán los únicos, vamos a necesitar unos cuantos más:

  • 250ml de café
  • 150g de azúcar glas
  • 8 yemas de huevo
  • 8 láminas de gelatina
  • 500ml de nata para montar
  • 150g de avellanas
  • 70g de azúcar
  • manteca
  • 50g de cacao
  • 100g de chocolate negro
  • 100g de azúcar (para la salsa de chocolate)
  • 1 vaso pequeño de nata líquida (para la salsa de chocolate)
  • 50g de avellanas para decorar
  • 50g de chocolate negro para decorar

Elaboración del pastel

Se nos ha quedado una lista larga, y sin duda la receta va a requerir un poco de habilidad, pero tampoco es imposible. Empezaremos por el pastel:

  • Comenzamos remojando las láminas de gelatina en agua fría, sobre 5 minutos. Mientras, vamos pelando y troceando las avellanas.
  • Una vez listas, colocamos las avellanas en un cazo, y añadimos el azúcar para caramelizarlas, a fuego lento. Una vez se hayan tostado y estén en su punto, las dejamos sobre una lámina de papel de horno para que no se peguen y vayan enfriando.
  • Una vez frías, las troceamos más aún. Para ello, puedes usar un robot de cocina, si dispones de uno, o una batidora de cuchillas. En caso de no disponer de estas herramientas, podemos hacer la versión más rudimentaria metiendo las avellanas en una bolsa y las golpeamos con un mazo.
  • Por otro lado, en otro cacito, vamos a hervir la leche, y en cuanto hierva, apagamos el fuego y dejamos que se enfríe un poco.
  • Mientras la leche llega a ebullición, vamos a batir las yemas de huevo con el azúcar glas, hasta que estén bien mezcladas y blanquecinas.
  • Cuando estén en su punto, le añadimos la leche templada. Asegúrese de no parar de removedor sin parar con una varilla hasta que este mezcle comience a espesar.
  • En este punto, vamos a añadir las láminas de gelatina, recuerda escurrirlas bien antes, y seguimos removiendo.
  • Una vez este todo bien integrado, vamos a dividir esta mezcla en 2 partes iguales. A una le añadiremos el café que hayamos preparado, ya sea espresso o el que más te guste , y en la otra mitad, mezclaremos las avellanas caramelizadas.
  • Ahora, vamos a montar la nata, usando una varilla o una batidora eléctrica, que sin duda te ahorrará trabajo. Cuando esté en su punto, es decir, que puedas mover e inclinar el bol y la nata casi ni se desplace, agregaremos la mitad en la mezcla de café, y la otra mitad en la mezcla de avellanas.
  • Con las masas listas, cogeremos un molde, y lo untaremos con la mantequilla, para que sea fácil desmoldarlo después. Serviremos la mezcla de avellanas y lo dejaremos reposar unos 40 minutos en la nevera.
  • Una vez esté cuajada, serviremos por encima la mezcla de café, y lo dejaremos en la nevera reposando 6 horas.

Elaboración de la salsa de chocolate

Ya tenemos nuestra base pastel lista, pero para darle un toque extra, vamos a preparar una salsa de chocolate, que combina de manera espectacular con el café y las avellanas:

  • Tomamos un cazo, y calentamos la leche a la que le añadimos el azúcar y el cacao en polvo.
  • Una vez comience a hervir, añadiremos la nata líquida fría, que cortará la ebullición, y dejaremos que vuelva a hervir.
  • En ese momento, añadiremos el chocolate para fundir, y removemos hasta conseguir una mezcla homogénea.
  • Montaje final
  • Llegó el momento, con nuestro chocolate listo, es hora de desmoldar el pastel de café y avellanas. Una vez desmoldado, lo decoraremos con las virutas de chocolate y las avellanas que reservamos. Si te gustan otros frutos secos, puedes darle tu toque personal agregando nueces o el que más te guste.
  • Cuando termines de decorar, y la salsa de chocolate esté templada, usaremos un cucharón para bañar y recubrir el pastel de café y avellanas. Ahora sí, simplemente corta un cachito y prepárate para disfrutar de este delicioso dulce.

Como detalle extra, si te gusta más el chocolate blanco, puedes hacer la salsa con ese ingrediente, o hacer otro recubrimiento totalmente distinto, como caramelo o nata montada.

Mousse de café con canela, nata y galleta

No se trata de una receta difícil, pero para que no se te destroce, sí que vas a necesitar por lo menos, un molde desmontable y papel de horno . En este caso, usaremos café soluble, muy usado para este tipo de menesteres ya que da mucho sabor y es fácil de integrar. Aparte, haremos una base crujiente de galleta de mantequilla, y si quieres decorar como un profesional, también estaría bien disponer de una manga pastelera.

Ingredientes

Vamos a dividirlo según las piezas de este postre. Para la mousse , usaremos:

  • 200ml de leche
  • 250g de queso blanco de untar
  • 600ml de nata para montar
  • 150g de azúcar
  • 5ml de extracto de vainilla
  • 20g de café soluble
  • 4 hojas de gelatina
  • 8g de canela en polvo

En cuanto a la base de galleta , vas a necesitar:

  • 200g de galletas maría, o similar
  • 80g de mantequilla

Elaboración de la base

Empezaremos por la base de galleta, que no nos llevará demasiado:

  • En una sartén o en un cazo, fundimos la mantequilla, y una vez deshecha, apagamos el fuego y dejamos que se temple un poco.
  • Cogemos las galletas y las trituramos. Al igual que antes, podemos usar un robot de cocina o batidora, y si no, siempre podemos echar mano de nuestro querido mazo.
  • Servimos las galletas deshechas en la mantequilla fundida, y mezclamos hasta conseguir una masa.
  • Preparamos el molde para tartas, y lo recubrimos, tanto la base como las paredes, con papel de horno. También puedes untarlo con mantequilla, pero no va a funcionar igual de bien. Pero asegúrese de al menos usar uno de estos métodos, o corres el riesgo de estropear todo el trabajo justo a la hora de servirlo.
  • Servimos esta masa de galletas en la base del molde, y lo estiramos hasta que quede distribuido de manera equitativa, y lo más liso posible.
  • Lo metemos en la nevera para que se endurezca, y mientras comenzamos con la mousse.

Elaboración de la mousse de café

Ahora sí, empezamos con el plato fuerte:

  • En primer lugar, remojamos en agua fría las láminas de gelatina por 5 minutos.
  • Mientras, ponemos leche en un cazo y esperamos a que hierba. Una vez lleguemos a este punto, añadimos las gelatinas y removemos hasta que estén completamente disueltas.
  • En un cuenco o bol, vamos a mezclar el queso de untar, el extracto de vainilla, 100g de azúcar y el café soluble disuelto en dos cucharaditas de agua caliente, que debería quedar más tirando a cremoso que un líquido.
  • Una vez todos estos ingredientes estén bien integrados, añadimos la leche con la gelatina, y de nuevo, mezclamos.
  • En otro bol, vamos a dejar la nata líquida semi montada. Esto quiere decir que debe ser líquido, pero que cuando levantemos la varilla o batidora, se formen piquitos en la superficie, es decir, debe quedar cremosa, pero líquida.
  • Incorporamos la nata semi montada con la mezcla anterior, y mezclamos con suavidad, desde los bordes hasta el interior del bol.
  • Ahora, sacaremos el molde de la nevera, y serviremos nuestra mezcla de mousse de café, dejándolo lo más nivelado y liso posible.
  • Para acabar, dejaremos que repose en la nevera al menos 4 horas, pero sería recomendable dejarla unas horas más.

Montaje final

Antes de servir nuestra mousse de café, vamos a preparar un poco de nata montado para darle una decoración más profesional . Simplemente, con la nata que nos sobró, batimos hasta dejarla casi montada. En ese punto, agregaremos el azúcar que nos sobro, y ahora sí, terminamos de montarla.

Ayudándote de una cuchara, decoramos al Mousse de café con la nata, pero si quieres que quede realmente bonito, aquí es cuando puedes usar una manga pastelera para servir la nata de manera más elegante. Al final, la comida nos entra por los ojos.

Como consejos finales, recuerda que la nata se monta mucho mejor si está fría, de otro modo será complicado conseguir la textura deseada. Hablando de texturas, si quieres que la mousse de café quede perfecta, no tengas prisa y deja que repose bien en la nevera.

Por último, si quieres darle otro toque, puedes cambiar el queso de untar por queso mascarpone, y espolvorear un poco de cacao por encima, así conseguirás un regusto a tiramisú de lo más interesante.

Helado de café y vainilla

Para terminar, vamos a ver una deliciosa receta bien fresquita, y además, muy sencilla, para que no te cueste nada prepararla. Solo necesitaremos un helado de vainilla y café soluble, con el que conseguiremos saborizar un helado que ya es rico de por sí.

Además, si se te hace corto y quieres esforzarte un poco más, prepararemos de nuevo una salsa de chocolate, que, junto al helado, crearán un contraste de sabores y temperaturas en tu boca.

Ingredientes

Para toda la receta, solo necesitaremos 4 cosas:

  • 400g de helado de vainilla
  • 2 cucharadas de café soluble, pero puedes añadir más si quieres que sepa más a café
  • 100g de chocolate con leche
  • 100ml de nata para montar

Elaboración del helado de vainilla y café

La idea es conseguir dos sabores de helado, uno totalmente de vainilla y otro de café con vainilla, para ello, seguiremos los siguientes pasos:

  • Comenzaremos dividiendo el helado de vainilla, serviremos la mitad en un bol, y dejaremos que se ablande un poco en la nevera.
  • Una vez empiece a derretirse, es el momento de añadir el café soluble, y batiremos con una batidora eléctrica en el mejor de los casos, o con unas varillas si no te queda de otra, hasta que el café soluble esté perfectamente integrado. Siempre puedes disolverlo ligeramente en unas cucharadas de leche para que sea más fácil de mezclar con el helado.
  • Una vez tengamos una mezcla homogénea, lo dejaremos en el congelador sobre 2 horas, pero cada media hora aproximadamente, lo sacaremos y lo removeremos un poco, de esta manera, el helado quedara mucho más cremoso.

A la hora de ir a servirlo, es el momento de preparar de nuevo el chocolate líquido, como en la anterior receta.

Montaje final

Al igual que la receta, muy sencillo. En una copa de helado, o plato, serviremos una bola de helado de café, y otra del helado de vainilla que separamos al principio.

Sobre las bolas, espolvorearemos un poco de café soluble, o si quieres darle un toque más natural y delicioso , unos granos de café machacados . Esto le dará un aroma suculento y además un toque crujiente, perfecto para divertir nuestro paladar.

Finalmente, en un cuenco aparte , serviremos el chocolate líquido, debe estar todavía caliente, y el plan es servir el chocolate según vamos comiendo , cucharada a cucharada, para evitar que se nos derrita el helado completamente.

Como consejos finales, te será más fácil servir el helado de café y vainilla si mojas primero la cuchara en agua templada. También puedes dejar un rato los helados en la nevera para que estén ligeramente derretidos y cremosos.

Está claro que el café tiene usos para todo, y recetas de toda clase, y sin duda, estas son perfectas para acompañar nuestro café en una sobremesa en la que, sin duda, tus invitados, familiares o amigos quedarán complacidos.

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