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27/07/2022

El café irlandés: Receta y orígenes

El café irlandés: Receta y orígenes

Tras hablar sobre como se cultiva el café , como se procesa , e incluso que nos aporta , creo que va siendo hora de poner este delicioso grano tostado a buen uso con una sabrosa receta de café.

Si te digo que pienses en cinco recetas de café, estoy casi seguro de que una de ellas será el café irlandés . Y no es para menos, estamos hablando de uno de los cafés con más éxito de la historia.

Por su sabor dulce y agradable, su vistosa presentación en la que se pueden ver los ingredientes separados por capas, y el calor que aporta a nuestro cuerpo, hacen de este café un perfecto compañero para el invierno.

Es cierto que lleva alcohol, pero en la mayoría de las ocasiones, este se quema junto con el azúcar, dejando solo el sabor del whisky, por lo que, si lo preparan así, no tendrás por qué preocuparte.

Así que, si sientes curiosidad por esta deliciosa preparación, vamos a contarte su historia, orígenes, y por supuesto, la receta, para que puedas celebrar San Patricio con un buen café.

Toma asiento, ¡que nos vamos hasta Irlanda!

La historia del café irlandés.

Lo cierto es que esta preparación tiene una historia bastante interesante, y con todo el éxito y fama que posee en la actualidad, podrías pensar que fue creada por un barista experto en una cafetería de éxito mundial.

Pero la historia real es algo más humilde, y debemos remontarnos al invierno de 1943, por supuesto, en Irlanda.

En el aeropuerto de Foynes Port, cercano a Limerick, trabajaba Joe Sheridan , como chef de la cafetería. Lo cierto es que este aeropuerto era uno de los más grandes de toda Europa, pues fue creciendo debido a la Segunda Guerra Civil Irlandesa , tras la cual se convirtió en una base aérea con mucho tráfico.

Vuelos transatlánticos, estrellas de cine, políticos con altos cargos, incluso grandes empresarios volaban hasta Foynes Port, que hacia una función de parada técnica.

Debido a la longitud de estos vuelos, este aeropuerto permitía repostar estos aviones, y esto repercutía en una enorme cantidad de gente que lo más seguro es que necesitasen descansar en algún sitio.

Ya no solo por el tiempo que tardaría el avión en repostar, sino porque probablemente, el clima irlandés haría de las suyas, especialmente en invierno, obligando a estos pasajeros a hacer noche en la base aérea.

Tan habitual era esta situación, que por eso se decidió montar la cafetería-restaurante, y poder atender así de manera adecuada a estas personas, entre las que recordamos que había muchas personalidades importantes de la época.

Y así paso, que una noche del invierno de 1943, un vuelo no pudo salir, y finalmente, dio media vuelta para volver a Port Foynes. Ya eran altas horas de la noche, con un frío aislado, y los pasajeros del avión veían su vuelo retrasado indefinidamente.

Al ver esta situación, Joe Sheridan no pudo mirar para otro lado, pues ver así a esta gente le dio mucha pena, y empezó a pensar si podría hacer algo para ayudarles a esas horas de la noche. Viendo el frío que hacía, pensó que lo ideal sería ayudarles a entrar en calor con una bebida caliente , y como en ese momento no se le ocurrió nada conocido que pudiera darles calor y energía, decidió inventarlo él mismo.

De este modo, preparó café, y le añadió nata y un toque de whisky irlandés, para que la gente entre en calor y recobrase energía. Fantaseando un poco, dice la leyenda que cuando los pasajeros probaron esta deliciosa bebida, todo el aeropuerto quedó en silencio, pues todos se quedaron mudos ante este nuevo sabor.

El café irlandés por el mundo

Aunque hoy lo conocemos como café irlandés, en la noche de su creación todavía no tenía nombre . Se dice que este nació de una conversación jocosa que tuvo Joe con un pasajero del vuelo interrumpido.

Este le preguntó que si lo que les había servido era un café brasileño, pues al parecer, este norteamericano había probado algo similar en esas tierras, a lo que Joe Sheridan le respondió: “No, esto es un café irlandés”.

De un día para otro, esta receta era todo un éxito, y la gente se acercaba al aeropuerto para poder probarla, incluso aunque no viajesen. Aunque toda su popularidad y aceptación era todavía local, a través del boca a boca, después de unos años, la cosa cambiaría.

Una vez terminó la guerra, en 1952, un famoso escritor de viajes llamado Stanton Delaplane sería el encargado de llevar la exitosa receta hasta los Estados Unidos de América .

Al otro lado del charco, el propietario del hotel Buena Vista de San Francisco, Joe Koeppler , que era buen amigo de Delaplane, le pidió que recrease la receta para él. Quería probar esa bebida de éxito, ya ser posible, venderla. Pero por más que lo intentaron, no quedaba igual.

Tras muchos intentos fallidos, Koeppler empezaba a perder la paciencia, pues no eran capaces de conseguir que la nata se mantuviese por encima del café , y su frustración llegó hasta tal punto, que decidió volar a Irlanda para poder preguntarle directamente a Sheridan.

Una vez en el aeropuerto de Limerick, Sheridan no pudo más que reírse de la insistencia del americano, y acabó diciéndole: “El secreto es nada , como un café brogue irlandés, es fuerte como la lengua de un whisky rebelde, dulce como el azúcar. en manos amigas, y suave como el ingenio de la tierra”.

Al final, Sheridan aceptó, y decidió contarle a Koeppler como hacer un perfecto café irlandés, tanto es así que incluso un día de hoy, el hotel de San Francisco es un referente mundial de esta receta.

Y hablando de recta, llegó la hora de contarte como preparar un perfecto café irlandés.

Receta de café irlandés

Antes de nada, necesitamos un café oscuro y fuerte, por lo que las mejores opciones de cafetera son:

  • Espresso : Si dispones de una cafetera espresso casera, sin duda es la más interesante, pues un café de estas características es ideal para esta receta. Asegúrese de eso sí, de tener un café con el grado de molido adecuado para esta máquina.
  • Moka : La clásica cafetera italiana que es casi imposible que no tengas en casa. Esta máquina permite hacer un café similar al espresso, que también es ideal para esta preparación.
  • Cápsulas : Una de las cafeteras más populares a día de hoy, dispone de muchas variedades de café, por lo que solo tienes que buscar la cápsula de espresso y tendrás un buen café para esta elaboración.

Vamos a ver dos recetas, una es la original, y otra es una versión que se ha popularizado recientemente, cambiando algunos ingredientes.

Para la verdadera receta, vamos a necesitar:

  • 40ml de whisky irlandés
  • 80ml de café negro, a ser posible de tostado oscuro y recién hecho
  • 30ml de nata semimontada
  • 2 terrones de azúcar moreno

Elaboración :

Lo primero, es tener claro que esta receta no se sirve en taza, es importante que se sirva en un recipiente de cristal o vidrio, para poder disfrutar de la composición visual del mismo. Originalmente se preparaba en copa de balón , pero puede valerte otro recipiente similar.

Ahora, tomamos el recipiente que vayamos a usar y lo calentamos con agua hirviendo, para que mantenga el calor del café más tiempo, detalle que suele pasar por alto, pero que es importante.

Tras esto, depositamos los dos terrones de azúcar moreno en la copa, y añadimos el café negro recién hecho por encima.

Añadimos por encima el whisky irlandés, y aunque en muchos lugares lo dejan sin remover como una capa extra, en la receta original se mezcla con el café, removiéndolo suavemente con una cuchara. Aquí también puedes decidir si flambear el alcohol antes de servirlo en el café.

Para la última capa, montamos levemente la nata , debe ser espesa, pero todavía líquida, y para evitar que se hunda en el café, como le pasaba al amigo Koeppler, hay que hacerlo con mucha calma, sirviendo la nata sobre una cuchara colocada dada. la vuelta, de esta manera, no caerá directamente sobre el café, y al bajar suavemente por la parte redonda de la cuchara, se quedará a flote sobre el café.

Como detalle extra, en muchos locales le añaden un toque de canela o nuez moscada , incluso cacao por encima de la nata, aportándole un sabor extra.

A la hora de beber esta sabrosa receta, recuerda que está pensando en entrar en calor, y es posible que te quemes si la bebes m uy deprisa, así que siéntate con calma, y ​​disfruta de un delicioso café irlandés.

Otra receta del café irlandés

Aunque la preparación es similar, cambian varias cosas y, además, le vamos a añadir licor Baileys.

En vez de copa de balón, usaremos un vaso alto, en el cual serviremos el café negro recién hecho y caliente. Acuérdate de calentar el vaso con agua hirviendo.

Sobre el café, agregaremos un chorrito de licor de Baileys, junto con el whisky irlandés, y lo eliminamos todo.

Como el Baileys es bastante dulce, puedes reducir el azúcar moreno, o incluso no ponerle nada, lo que más se ajusta a tus gustos.

Finalmente, servimos la nata como antes, pero, además, sobre esto, vamos a agregar un poco más de nata totalmente montada, que decoraremos agregando virutas de chocolate por encima, junto con un poco de azúcar moreno para darle un toque crujiente y dulzón.

Para acabar

Al final, lo bueno que tienen las recetas es que las puedes adaptar a tu gusto, y variarlas para que puedas disfrutarlas, pero teniendo la base original, es más fácil poder cambiar una cosa u otra.

El café irlandés es una bebida asombrosa, que entra por los ojos, y una vez lo pruebes, es casi imposible que digas que no te gusta.

Si te da miedo porque no te gusta el whisky, puedo decirte que al mezclarlo con el café y servirlo caliente, se suaviza mucho, quedando un ligero regusto dulzón y que no rasca en la garganta.

Cuando vayas a tomarlo, recuerda que la nata no se mezcla, tu bébelo tal cual que, al ser casi líquida, la nata y el café se mezclarán en tu boca, pudiendo notarlo por separado ya la vez al mismo tiempo, la magia irlandesa supongo. .

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